Hoy en día se habla de unos locos y locas que enseñan, y que lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Yo los conozco. Son personas extrañas, no lo niego. Bastantes, salen temprano por la mañana. Algunos y algunas recorren todos los días más de 100 kilómetros, y otros tantos de vuelta para regresar a sus casas. Por eso, la gente dice que están locos o locas.
Yo los he visto, y sé que no están bien de la cabeza; que sea nuestro secreto, por favor. Hay días que salen de excursión con su alumnado, como en las migraciones, y se encargan de gestionar las autorizaciones y permisos, de recoger el dinero para el transporte y de asumir otras responsabilidades -todavía más- en los comedores escolares, por ejemplo. ¡Pero qué será de ellos! Por la noche, con el insomnio, sueñan con su colegio o su instituto, se les aparecen docenas de planetas giróvagos, ecosistemas de montaña y personajes históricos momificados, como si estuviesen en una sesión de cine de barrio.
Me han contado que, por las mañanas, llegan a sus clases cargando con cuadernos pequeños, libretas y exámenes, que corrigieron la tarde anterior en sus casas. Por eso también dicen que no están bien de la cabeza.
Se trata de mujeres y de hombres de diferentes edades, solteros y solteras o casados y casadas. Pero les apasiona su trabajo, ver crecer a sus alumnos y alumnas, ayudarles y conseguir que se formen como ciudadanos y ciudadanas competentes.
De todos modos, no están bien, ya lo dije. Por las tardes se apuntan para hacer más cursos de formación, a veces conduciendo de nuevo durante más kilómetros. Porque no les importa perder tiempo de su ocio para reciclarse, si es necesario. Además, dicen que practican la autocrítica y que suelen hacer balance de sus experiencias educativas, a lo que llaman memorias. Y también dicen que se frustran cuando no salen bien las cosas, o que se alegran cuando sus alumnos y alumnas avanzan y progresan.(Extracto).
Autoría:Mario Aller/ Carlos Páez
La siguiente presentación colectiva es fruto del trabajo de un grupo de personas,de esas que dedican sus tardes a corregir, a reciclarse y a hacer autocrítica, pensando siempre en mejorar la formación de su alumnado.
Profesorado de diferentes centros de la provincia de Huelva, que, coordinado por un excelente equipo de profesionales de la enseñanza, han hecho posible que podamos recomendar aquí estas buenas lecturas.
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